En el Kerala, provincia situada al sureste de la India, hoy en día se practica todavía el Kalaripayat (kalari: práctica, payat: campo de batalla), la más antigua tradición de Arte Marcial existente hoy en el mundo.
De esta provincia partió Boddhidarma, este monje hindú introdujo, en el sigloV, su arte del combate en China a fin de permitir a los religiosos del Templo de Shaolín, a los cuales llevaba la palabra de Buda, el defenderse contra los bandidos y desarrollar sus cuerpos. De esta aventura desde entonces legendaria nacerá, al parecer, una gran parte de las Artes Marciales Chinas, seguida de las Japonesas y después lo esencial de las Artes Marciales del mundo entero. Es decir que la deuda no es pequeña. Los Maestros del Kalaripayat no reivindican nada pero saben lo que todos los demás tienen que saber.
Hemos visitado a Pahlavi Balachandran, maestro de Kalaripayat en Tivandrum, capital del estado de Kerala y nos habla de su arte poco conocido.
El Kalaripayat procede de dos grandes principios: el espíritu manda al cuerpo y el adversario es vencido retornando contra él su propia fuerza. La golondrina pica desde lo alto del cielo, el tigre lacera, la serpiente ondula y muerde. Los antiguos Maestros de la India, que vivían en total armonía con la naturaleza, estudiaron y observaron los movimientos de numerosos animales y aprendieron de todas las criaturas vivientes sus posiciones de ataque y de defensa. De esto nació el Kalaripayat.Este arte nació de la naturaleza y del más remoto pasado de la India, se implanta en la vida cotidiana y en la vida religiosa hasta hacer parte integrante de la sociedad medieval del Kerala. Formaba parte de la educación de los jóvenes y del entrenamiento de los guerreros y no había ningún pueblo sin Kalari (Dojo hindú donde se practica el Kalaripayat).
La colonización inglesa al final del siglo XVII cambió todo esto. La práctica fue prohibida por la ley y el kalaripayat se practicó desde entonces clandestinamente. Consiguió sobrevivir a través de los años por la transmisión secreta de algunos Maestros.
Al no haber combates regulares como existían en el período feudal, el Kalaripayat se practica hoy como un método de control de sí mismo y los ejercicios que enseñamos y practicamos ayudan a hacer el cuerpo más flexible, a tonificar los músculos débiles y a desarrollar la energía interna a fin de hacer el espíritu más fuerte.
Todos los días, desde las 5 de la mañana, Pahalavi Balachandran( Maestro marcial y Maestro espiritual) recibe a sus alumnos en su Kalari, detrás de su casa, lejos de las miradas, para no develar los secretos de su arte. Se empieza por un ritual religioso ante un pequeño altar levantado en una esquina del Kalari, donde cada uno se postra ante Kali, diosa de la guerra, y besa los pies del Maestro. Se sigue con un calentamiento intensivo para flexibilizar los músculos, los tendones y las articulaciones, seguido de dos horas de práctica de combate y de encadenamientos (tipos de Kata que hacen intervenir una treintena de técnicas esenciales) con numerosos saltos y patadas muy altos (el Kalaripayat utiliza una técnica de bloqueo muy particular donde el ataque con puño es desviado por una patada), proyecciones, inmovilizaciones, paradas.
El Kalaripayat parece poseer “ naturalmente” todas las técnicas enseñadas por las demás Artes Marciales y la flexibilidad y la agilidad de los practicantes del Kalaripayat es realmente asombrosa, incluso en los mayores. Lo que sigue es aún más espectacular: bajo la alta dirección del Maestro. Los alumnos chorreando de sudor van a entrenarse con las diversas y numerosas armas del Kalaripayat. Entre los puñales, los sables y los bastones se encuentra el extraño urimi, un tipo de espada-látigo hecha de tres cintas de tres centímetros de ancho y dos metros de largo. Practican también las técnicas de ataque de los puntos vitales, golpear, agarrar o picar para neutralizar al adversario. Según la tradición hindú, estos puntos guardados en secreto por los Maestros, son los puntos de unión de los vasos sanguíneos, de los ligamentos y de los circuitos nerviosos
Cada punto esta localizado en una parte del cuerpo de manera muy precisa y el golpe, para ser eficáz, debe darse de manera muy particular. Estos golpes pueden producir un violento dolor, una parálisis temporal, una pérdida de conocimiento o incluso la muerte. El Kalaripayat posee una centena de estos puntos vitales que los maestros se transmiten de generación en generación, cuidadosamente anotados sobre hojas de palmera. Por fin se abordan los ejercicios de Kalaripayat. Los alumnos trabajan las técnicas de respiración para no sentir el dolor, algunos iniciados llegan de este modo a retener la respiración hasta conseguir un estado de éxtasis casi cataléptico. La respiración que circula en el organismo, anima el funcionamiento de los órganos y condiciona la vida, es primordial en el Kalaripayat.
Pahalavi Balachandran nos explica:
“A los 20 años la respiración está en el tope de su fuerza , su empuje favorece los grandes movimientos del espíritu y del cuerpo.
A los cuarenta años, la respiración circula con un máximo de potencia.
A los cincuenta años, la respiración se hace más difícil, la ventilación pulmonar decrece.
A los setenta años, los vasos sanguíneos se alteran, las arterias se obstruyen. Los músculos se atrofian. La gordura se instala. Se prefiere el reposo al movimiento. El envejecimiento psicológico va a ir acentuándose.
A los ochenta años, la energía se ralentiza especialmente en los pulmones. El espíritu se abruma, el cuerpo ha perdido toda su flexibilidad.
La práctica regular del Kalaripayat permite ralentizar los destrozos ocasionados por el peso de los años. Las técnicas de respiración practicadas lo suficientemente temprano pararan el envejecimiento.”
Ciertos Maestros del Kalaripayat de más de setenta años desarrollan una vitalidad asombrosa, una fuerza y una resistencia al combate sorprendente.
La lección acaba con treinta minutos de meditación que Pahalavi Balachandran “llama la limpieza del cráneo”.
Tras este increíble entrenamiento matinal que dura de hecho algunas horas, el maestro no ha terminado su jornada. La continuará recibiendo a sus pacientes en su dispensario. Cada Maestro de Kalaripayat practica también la medicina tradicional Ayurvédica cuyos orígenes se remontan desde dos mil años antes de Jesucristo, pero los Maestros de Kalaripayat han desarrollado de generación en generación una medicina que le es propia. Este arte secreto fundado en sus conocimientos en materia de energía de práctica corporal, el “Uzhichil”, posee, entre otros, un método de masaje completo del cuerpo con diferentes aceites que ayudan a mejorar la tonicidad y la flexibilidad de los músculos y estimula la circulación de la sangre. Existen también otros tratamientos específicos para las roturas de los huesos y una farmacopea muy rica a base de plantas que los Maestros cultivan ellos mismos.
Único ancestro conocido del conjunto de las Artes Marciales, el Kalaripayat es realmente el padre del Kung Fú chino y de los Jutsu japoneses. Este arte de gran complejidad posee todas las características que le dan hoy en día la reputación de la más excepcional de todas estas artes. En el plano técnico y táctico, en su preocupación de máxima eficacia, no deja de abordar ningún ámbito. Presenta un conjunto de todos los sistemas utilizados para vencer: golpes de pie y de manos, proyecciones, luxaciones, etc.... Su acercamiento a los puntos vitales es extraordinariamente rico. En él se encuentra toda la dimensión interna que hace la grandiosidad de ciertos estilos chinos. Trabajo respiratorio y energético, anchos conocimientos terapéuticos.... El Kalaripayat se presenta incluso como sus lejanos descendientes japoneses, como una disciplina de educación social y espiritual.
Sin embargo este arte ha sido largo tiempo condenado a la desaparición. La influencia colonial, el secreto, y después el desconocimiento y el desinterés de la comunidad internacional lo condenaban a la extinción. Pero gracias a una transmisión sin fallas y a la influencia de algunos grandes Maestros contemporáneos, sale de la sombra y encuentra poco a poco una audiencia a su medida, y ya no quedan dudas de que los grandes expertos mundiales, como muy pronto la Gran Familia de las Artes Marciales aporten, en la escena internacional, las cartas de nobleza que el viejo “KALARIPAYAT” se merece.
Claudio López
Karate Do & Kobudo Shin Shu Kan Mar del Plata
http://chatanyara.hypermart.net
Editado por Red Marcial
sábado, julio 07, 2007
Kalaripayat
Publicadas por rodrigo a la/s 9:03 p. m.
Etiquetas: Kalaripayat
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