lunes, febrero 08, 2010

Entrevista al maestro Nobuyoshi Tamura. Maestro de aikido 8° Dan, Shihan Aikikai.

Entrevista al maestro Nobuyoshi Tamura. Maestro de aikido 8° Dan, Shihan Aikikai.

¿Cuál es el sentido del Do para un occidental?
- El significado literal de Do es camino; en las artes marciales utilizamos el término Do (camino) para referirnos a llegar más allá en el campo de la espiritualidad. Este Do ha de ser para todo el mundo en el sentido que cualquier persona pueda hacer este Do. Cuando hablamos de Do, karate-Do, aikido, parece que hablemos de un Do muy complicado, de un Do muy difícil de alcanzar. En mi opinión personal, aunque se suele pintar el Do como algo muy complicado, tiene que ser de tal manera que sea fácil de recorrer, que esté al alcance de todo el mundo. El Do de las Artes Marciales enseña como hay que vivir, lo físico y lo espiritual.



- ¿Cuál es la importancia de la meditación, de los ejercicios de respiración, de la purificación, etc., en aikido y en general en Do?
- Es una pregunta muy amplia para responderla de manera resumida. Como Budo, necesitamos un entrenamiento físico que incluirá como factor muy importante la respiración y la alimentación. El zazen es interesante conocerlo si quieres profundizar en el aspecto espiritual. La necesidad de practicar zazen depende de cada persona; el zazen es un camino y hay muchos caminos para llegar al mismo sitio, hay personas que necesitan hacer zazen para llegar a esa meta y hay personas que no. Cada uno debe escoger el camino que le vaya bien para alcanzarla. A través del zazen hay personas que llegan a su meta espiritual, a través del Aikido también se puede conseguir. Pueden ser caminos separados que pueden llevar al mismo lugar. Las necesidades de cada uno son muy diferentes. Desde mi punto de vista personal opino que no hay nada mejor ni peor. Todo es bueno; lo importante es escoger y sobre todo como aplicar lo que se escoge. Podemos comparar con la alimentación: no existe una alimentación que sea ideal para todo el mundo; hay personas que toleran mejor unas cosas y no otras. En el mundo de la espiritualidad existen multitud de técnicas, meditación, yoga, respiración, etc., y a cada persona le va una determinada y no otra; el do es personal, individual. Hay que buscar y escoger. A partir de las cosas básicas indispensables - como en la alimentación- que nadie puede rechazar, viene la elección y la combinación.


- ¿Opina que el aikido continúa por el mismo camino en el que le dejó el fundador?
- Yo personalmente intento continuar con la enseñanza que recibí de Ueshiba y que haya una relación entre eso y la enseñanza moderna. Intento mantenerla, y si actualmente no la mantuviésemos, quizás en mi opinión, no deberíamos llamar aikido a este arte marcial. Si queremos darle el nombre de aikido pero varía con relación al origen, la filosofía, la técnica, etc. quizás habría que inventar un nombre nuevo. Para llamarle aikido debe tener la enseñanza de Ueshiba; yo le llamo así porque creo que he mantenido esa enseñanza.


- ¿Deberían enseñarse a los occidentales los aspectos religiosos y filosóficos del aikido?
- Aunque haya religiosos que utilizasen esta técnica, el aikido no tiene nada que ver con la religión en cuanto a enseñanza. Con respecto a la filosofía y teniendo en cuenta los límites de una entrevista y la amplitud del tema, hay que decir que como resultado de ser una actividad que tiene que ver con lo físico y lo espiritual unidos, la filosofía que la sustenta y que expresa ese equilibrio es muy compleja. La medicina, por dar mucha importancia al mundo físico, tiene una apariencia de gran profundidad; la religión lo mismo en cuanto a lo espiritual, pero para mí unir estos dos mundos es mucho más profundo que considerarlos por separado. La filosofía inherente al aikido, pues, es más compleja. Como personas participamos del mundo material y del mundo espiritual; si no lo hiciésemos no seríamos personas. Filosofar a la vista de eso es lo complicado.


- ¿Se puede enseñar el aikido con los sistemas de enseñanza occidentales?
- Es difícil de contestar. Personalmente intento enseñar aikido, pero teniendo en cuenta que cambia de lugar, la educación y la cultura, automáticamente el método de enseñanza en buena lógica variará. Como Shihan debo de decir que lo más difícil es poder transmitir algo tan profundamente oriental a una mentalidad occidental. Constantemente estudio como hacerlo. Todos los profesores tratan de mantener incólumes las enseñanzas que recibieron sin alterar su origen, pero incluso cuando se seguía el sistema de alumno viviendo en casa del maestro, cada uno de ellos asimilaba de diferente forma, cuanto más cuando la enseñanza sale del Japón. Mi trabajo ahora es ver como hacer llegar esta enseñanza original a los europeos que entienden el sentido profundo del aikido.


- ¿Qué tenemos que aprender los aikidokas modernos del antiguo Aiki-Jutsu?
- Conocer el porqué de la transformación del Aiki-Jutsu en aikido por Ueshiba es importante, pero esto no quiere decir que sea necesario saber, aprender o practicar Aiki-Jutsu para hacer aikido. Para Ueshiba, el mismo que cambió el nombre, fue un proceso interior, una experiencia propia, una inquietud que le llevó a esta decisión. Ueshiba incluyó en el aikido lo más importante y necesario del Aiki-Jutsu. El nombre cambió, la técnica cambió. Saber la historia del cambio es muy importante pero, insisto, para hacer aikido no es necesario saber Aiki-Jutsu. Para Ueshiba no era suficiente el Aiki-Jutsu; necesitaba algo más. El cambio pretendía evitar lo que de negativo pudiera tener el Aiki-Jutsu. Lo podemos comparar con el progreso de la civilización. No debemos vivir como hace cincuenta años para experimentar ciertas cosas. Aprendiendo de la historia podemos deducir el sentido de aquella época y saber porqué fue de aquella manera. Para llegar donde estamos ahora no debemos volver a vivir la misma historia, sino que a partir de nuestro momento podemos progresar mucho más. No necesitamos volver a la época del Aiki-Jutsu para llegar al aikido. Yo fui alumno de la última época de Ueshiba y tuve la suerte de recibir su aikido más refinado, más evolucionado; vi su culminación; por lo tanto, no tuve que experimentar el Budo del Ueshiba joven. Seguramente si yo hubiera iniciado mi camino en el mismo momento y al mismo nivel que Ueshiba no habría llegado al punto que él llegó. Debemos dar gracias de poder cosechar lo que ya está hecho y trabajar sobre eso; no tenemos que recomenzar desde el principio para perfeccionarnos. Sería una pérdida de tiempo. Es importante saber como se transformó el Aiki-Jutsu en aikido de la misma manera que es importante conocer la historia del mundo.


- ¿Es conveniente haber practicado otras artes marciales para el aikidoka?
- No tiene nada que ver si se practican otras artes marciales. Ayudan en cuanto al mantenimiento de la forma física, la resistencia, la flexibilidad, etc., pero lo más importante para hacer aikido es el planteamiento interior.


- ¿Por qué?
-Porque el aikido comporta una actividad absolutamente diferente a la de las otras artes marciales. Si uno no hace vacío interior si no se pone en blanco, va a costar mucho aceptar el aikido. Si la persona que ha practicado otro arte marcial va con una mentalidad cerrada, influida por otro conocimiento, estará en desventaja para aprender en comparación con otra persona que haya entrado en blanco, aunque nunca haya pisado un dojo. El aikido es un ejercicio de aceptación total, de no ir en contra. Recuerdo que un día le preguntamos al maestro Ueshiba cuanto tiempo se necesita para aprender aikido. Nos dijo que con tres días bastaba. Ante la estupefacción de todos aclaró: "Pero hay que practicarlo toda la vida". Yo lo interpreto así: el aikido es técnicamente sencillo porque nunca vas en contra, vas suavemente, ofreciendo. Captar esto puede comportar tres días; hacerlo, vivirlo, toda una vida. Ueshiba a veces decía: "No hay que hacer nada, te mueves así y el otro cae solo". Había llegado a la máxima sencillez. Su dedicación de toda una vida se lo permitía. En la vida cotidiana es lo mismo. Cuando Ueshiba se movía quizás tenía la sensación de no hacer nada, pero una tercera persona que lo observara se maravillaría al contemplar un movimiento tan armónico, tan estudiado, tan preciso, producto de años de esfuerzo. Cuanto más desarrollado está el interior, la vida es más sencilla, la meta está mas cerca. En el patinaje artístico, por ejemplo, es fácil amoldarse a la pareja tras un cierto entrenamiento, pero en aikido no puedes preveer que ataque te hará una persona y sin embargo hay que armonizase con ella. Necesita mucha práctica, trabajo y paciencia.



- ¿Hasta que punto tienen importancia los atemis en aikido?
- Es un aspecto que se da por sobreentendido pero no es objeto, en general, de enseñanza particularizada.- En aikido hay atemis pero en la enseñanza no los usamos porque interrumpen el movimiento y lo que necesitamos en la práctica es un movimiento fluido; por eso se enseñan teóricamente pero no de hecho, para no frenar. En realidad. Naturalmente sí que están. Cuando una persona se inicia en el aikido, hasta que no aprende que las artes marciales no son para la pelea, hasta que no se mete esa idea en la cabeza, no debemos enseñarle atemis. Otra razón es que el alumno se distrae de otras cosas más importantes y se queda pendiente del atemi. No hay que enseñar atemi hasta cierto nivel, pero obligatoriamente en cada movimiento de aikido entra atemi.


- Otro aspecto del que no se habla es el kiai; ¿nos puede hablar sobre él?
- El kiai es una cosa individual. En aikido es interior. Si lo sacas pierdes la fuerza. Hay que guardarlo y conservar la energía interna. A pesar de eso, en según qué momentos y según qué personas pueden exteriorizarlo. No hay una regla que nos diga que en tal momento hay que hacer kiai. De vez en cuando hay que sacarlo; si ya se está practicando, el kiai aparecerá solo, es algo que se aprende sin una intención específica.


- Una última pregunta. ¿Que aconseja en cuanto a la expansión del Ki?
- Practiquen aikido.

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