Recuerdo cuando era joven, sentado en una montaña, observando una tormenta que descendía hacia el valle…Los cielos se oscurecieron, y la tierra temblaba con la voz de los truenos.Todo aquel lindo paisaje cambió totalmente, y parecía que nunca regresaría a su belleza original.Pero la tempested pasó… …Y si me hubiera sentado en el mismo lugar al siguente día y hubiera dicho:“¿Donde está esa terrible tormenta y todas las tinieblas, rayos y relampagos?”El pasto me hubiera respondido, “Parte de ella está en mí,”Y la margarita hubiera dicho, “Parte de ella está en mí,”Y los arboles y flores y todo lo que crece en el bosque hubiera respondido: “Parte de la tormenta permanece incandescente en nosotros.”No temas a ninguna tormenta que pase por tu vida.La tormenta te traerá una bendición, y fruto abundante despues de haber pasado.Las flores subsisten de las lágrimas derramadas del triste rostro de los cielos;La vida no tendría ningún gozo, si no existieran también las lágrimas.Nuestras penas y desconsuelos siempre tienen una buena justificación al paso del tiempo: ¡EL ARCO IRIS!Mira que cosa tan maravillosa, creó Dios de las lágrimas.
Henry S. Sutton
Henry S. Sutton
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